No es fácil trasladar un bosque, y menos si es un bosque encantado como este.
El Bosque de Oma es un pinar mágico que habla a cada paso. Es un libro abierto lleno de color. Es, sin duda, la obra maestra de Agustín Ibarrola.
Este artista vasco, nacido en Basauri en 1930, vestido siempre su inseparable txapela, es un pintor autodidacta y un hombre comprometido con la realidad que le ha tocado vivir, su obra es el reflejo de su ideología política. Su filosofía de vida queda reflejada en el Bosque de Oma, un canto a la libertad que empezó a teñir de color y vida en 1982.
Está situado dentro de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, un excepcional enclave donde confluye la que probablemente sea la mayor diversidad paisajística y ecológica de Euskadi. Un mundo lleno de acantilados y playas, marismas, bosques y ríos.
Este bosque, con vocación de pinacoteca, es un organismo vivo que, gracias a la labor de la Diputación Foral de Vizcaya y a la Universidad del País Vasco, ha recobrado sus tonalidades originales ya que fue restaurado hace unos años.
La avanzada edad de las pinturas, sumada a la enfermedad que sufren la corteza de los vetustos pinos ("la peste del pino " o "banda marrón") han perjudicado a la obra de Ibarrola. Y las pinturas comienzan a deteriorarse temiendo su final que se acerca de forma inminente.
Con el fin de preservar este patrimonio artístico los dirigentes vizcaínos han decidido desarrollar una réplica exacta en otro frondoso bosque similar. La familia del prestigioso artista se ha mostrado a favor de desarrollar este nuevo bosque de Oma respetando la identidad artística que su padre trató de expresar en la corteza de los árboles.
Es importante destacar que el principal objetivo de Ibarrola en esta hermosa creación era unir dos tendencias completamente dispares en el tiempo, el Paleolítico y el movimiento LandArt. Según donde te coloques y cómo mires el bosque, logras tener una perspectiva u otra.
Mientras a este bosque le llega la réplica que consiga alargar la vida de esta hermosa creación artística, podemos disfrutar de él gracias a la publiación de este maravilloso libro "Omako basoa-El bosque de Oma, editado por la Universidad del País Vasco en homenaje al artista. "
Este es el poder de los libros: nos llevan a donde deseamos con solo atrevernos a abrirlos.
Y, como dijo el propio Ibarrola el 19 de diciembre del 2000 en la presentación de su libro y tras un ataque a sus pinturas, pedimos "que salven lo que queda", por favor.
Seguiremos leyendo y soñando desde la Villa Lectora.
Comments